Esta es la realidad del deporte, ya no solo en el fútbol, otros deportes como el baloncesto y el fútbol sala se encuentran con los mismos problemas, pero pasan desapercibidos porque no salen tanto en los medios de comunicación. Empresarios, políticos y otros personajes se sumergen en proyectos espectaculares a simple vista (con los que pretenden que su figura se agrande y su bolsillo también) pero que a la larga acaban volviéndose en contra. El problema es siempre el mismo, jugadores a los que se le debe dinero; la causa normalmente también es la misma, señores que prometen muchas cosas y que a la hora de la verdad no cumplen debido a que cuentan con subvenciones que se retrasan o incluso que acaban por no concederse en la mayoría de los casos, derechos televisivos que tampoco llegan en su momento y así un largo etcétera.
Estos señores que se hacen cargo principalmente de instituciones deportivas “menores” como pueden ser clubes de 2ª división B o de 3ª (las cuales no les importan lo más mínimo y solo piensan en sacar el máximo beneficio propio, en vez de pensar en el del equipo o en el de sus aficionados) llegan con aires de grandeza y queriendo pasar de lo más bajo a lo más alto en un abrir y cerrar de ojos. Los mismos, suelen asegurar que no faltará el dinero y no dudan en crear unas perspectivas de futuro y marcar unos objetivos que están muy por encima de la realidad del club. Más tarde se estrellan con todo su proyecto y se dan cuenta de que no disponen de tanto presupuesto, por lo que les toca ponerlo de su bolsillo y eso ya no entraba en los planes.
Las historias que más vemos en los medios son las relacionadas con el fútbol, debido a la repercusión que tiene. Los jugadores de equipos como Caravaca, Jaén y Benidorm son los últimos en unirse a una larga lista de equipos que ya se han puesto de rodillas o se han encerrado en un campo de fútbol como modo de protesta para conseguir cobrar lo que se le adeuda. Es vergonzoso que un equipo de fútbol tenga que salir en los medios de comunicación por el hecho de que sus jugadores estén en huelga por no cobrar sus mensualidades en vez de aparecer en los mismos gracias a sus buenos resultados deportivos.
No son fáciles de solucionar estos problemas y menos, cuando se pretende crear un equipo de altas aspiraciones y buenos jugadores con “dinero ficticio” (dinero que se espera tener pero que no se tiene) ofreciendo contratos muy tentadores, que difícilmente se podrán pagar una vez que los ingresos previstos por los dirigentes no sean todo lo buenos que se esperan. La consecuencia de todo esto es que empiezan a retrasarse las mensualidades, el dinero no llega, los jugadores empiezan a reclamar lo que es suyo y esas expectativas tan buenas que tenían en mente a principio de temporada, acaban por convertirse en una lucha encarnizada por conseguir dinero para ir solventando deudas. Aún así, muchos no son capaces de conseguir fondos y apoyos necesarios para costear los gastos, por lo que acaban descendiendo de categoría por impago o incluso desapareciendo.
¿Quién sale perjudicado de todo esto? Sin duda alguna, los jugadores, que difícilmente logran conseguir que les abonen siquiera una parte de lo que se le debe y los aficionados, que se quedan sin fútbol. Mientras, estos señores tan adinerados están por ahí despreocupados buscando la forma de pegar otro pelotazo.
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