Por Victor M. Romera para CaravacaDeportes.- Sábado por la tarde, España va perdiendo contra Inglaterra, en un segundo tiempo horrible, sin presión, sin llegada, sin ocasiones, ufff que mal, me enfado con Vicente del Bosque, grito con rabia que Torres no está para jugar con la selección, y Villa fuera de forma, vagabundea por el campo.
Al borde del ataque de nervios, me tomo un sorbito de cerveza tranquilo en casa, como me gusta a mi ver el futbol, y cierro por un instante los ojos, y en ese momento recuerdo el partido que he tenido la oportunidad de ver ese mismo sábado pero a las cuatro de la tarde, donde los benjamines caravaqueños se enfrentan a sus homólogos muleños, con el liderato del grupo en la cabeza, y vaya con los chicos, han hecho, sin duda alguna el mejor partido desde que empezó el campeonato: tensión, entradas, triangulaciones, paradones de los porteros, protestas al árbitro, vamos de todo.
Futbol en estado puro, futbol por pasión, por entrega y sobre todo por afición, el futbol que todos siempre hemos querido y defendido (algunos con más fuerza que otros), que nos lleva a los orígenes de un deporte que cada vez más está influenciado por la televisión, y sobre todo por el dinero.
Vuelvo a abrir los ojos y España ya ha perdido definitivamente con Inglaterra, pero en mi cabeza ya no hay nervios ni tensión, hoy he visto fútbol, un gran partido de fútbol, pero ha sido a las cuatro y en el Fco. Fernández Torralba, no en Wembley.
Por cierto, uno cero para los locales, pero eso es lo de menos.
Al borde del ataque de nervios, me tomo un sorbito de cerveza tranquilo en casa, como me gusta a mi ver el futbol, y cierro por un instante los ojos, y en ese momento recuerdo el partido que he tenido la oportunidad de ver ese mismo sábado pero a las cuatro de la tarde, donde los benjamines caravaqueños se enfrentan a sus homólogos muleños, con el liderato del grupo en la cabeza, y vaya con los chicos, han hecho, sin duda alguna el mejor partido desde que empezó el campeonato: tensión, entradas, triangulaciones, paradones de los porteros, protestas al árbitro, vamos de todo.
Futbol en estado puro, futbol por pasión, por entrega y sobre todo por afición, el futbol que todos siempre hemos querido y defendido (algunos con más fuerza que otros), que nos lleva a los orígenes de un deporte que cada vez más está influenciado por la televisión, y sobre todo por el dinero.
Vuelvo a abrir los ojos y España ya ha perdido definitivamente con Inglaterra, pero en mi cabeza ya no hay nervios ni tensión, hoy he visto fútbol, un gran partido de fútbol, pero ha sido a las cuatro y en el Fco. Fernández Torralba, no en Wembley.
Por cierto, uno cero para los locales, pero eso es lo de menos.
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